En la Inglaterra del siglo XIX, durante el extenso reinado de la Reina Victoria, una obsesión botánica tomó por asalto la sociedad victoriana: el orquidelirio. Este fenómeno cultural se caracterizó por una fascinación desmedida por las exóticas y exquisitas orquídeas, que se convirtieron en símbolos de estatus, belleza y refinamiento. En este artículo: Qué es el orquidelirio victoriano; exploramos el apogeo del orquidelirio victoriano, sus raíces históricas, sus implicaciones culturales y su legado duradero.
Orígenes del orquidelirio
El orquidelirio victoriano tuvo sus raíces en la exploración botánica y en los viajes de descubrimiento del siglo XVIII y principios del XIX. A medida que los exploradores británicos, como Sir Joseph Banks(1743-1820) y Sir William Hooker (1785-1865), viajaban a tierras lejanas como América del Sur, África y Asia, trajeron consigo una gran cantidad de especímenes botánicos, incluidas las exóticas orquídeas. Estas plantas desconocidas capturaron la imaginación de los coleccionistas y botánicos, quienes se embarcaron en expediciones aún más ambiciosas para encontrar y recolectar especies nuevas y raras.
Sir Joseph Banks logró hacer florecer la primera orquidea tropical en Inglaterra y en su invernadero. Esta orquidea es conocida como capucha de monja o de pantano mayor y su nombre científico es Phaius tankervilleae.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de las plantas que llegaban en las embarcaciones después de las expediciones, perecían en el viaje o llegaban en condiciones desfavorables para el cultivo. Esto era debido al extenso viaje y a las herramientas que contaban en ese momento, a pesar de tener invernaderos.
Sir William Hooker por recomendación de Banks realiza su primera expedición en Islandia en 1809 costeada por sus propios medios. No solo fue botánico sino que también ilustraba las plantas que descubría, entre orquídeas y otras especies. Muchas de ellas llevan su nombre.
Dato curioso: Capitán Cook
Se asocia al Capitán Cook con las orquídeas. Pues no fue solo viajó con el botánico Joseph Banks; Daniel Solander fue otro estudioso de las plantas, junto a otros más. Fue durante el año 1770 que lograron recolectar muchas plantas nuevas en el viaje por la costa oriental de Australia. Respecto a las Orqudeas en ese viaje se incluyeron sólo cinco representantes de la familia Orchidaceae:
- Orquídea Teatree: a menudo crece en un árbol de té. Recogida por Banks R Solander.
- Orquidea Dorada: Recopilado por Fanks & Solander. Una de las más grandes orquideas australiana con taller de hasta cinco metros de largo.
- Dendrobim riaidurn: encontrada en el río Endeavour. Las flores son pequeñas 15mm de ancho de color crema con manchas rojas.
- Prasophyllum striatum: es uno de los grandes géneros de orquideas de puerro principalmente en el sureste de Autralia.
- Pterostylis revoluta: prefiere las tierras boscosas abiertas. Esas son las orquídeas recolectadas por el equipo de James Cook entre abril y agosto de 1770.
Phalaenopsis lobbii es una especie de orquidea ingresada por pimera vez a Inglaterra por Thomas Lobb en el año 1845. Se encuentra en el Himalaya Oriental hasta Indochina. Lobb fue el cazador de plantas más exitoso de los Viveros Veitch.
El Auge del Orquidelirio
El auge del orquidelirio victoriano alcanzó su punto máximo durante la segunda mitad del siglo XIX, cuando las orquídeas se convirtieron en un símbolo de estatus y riqueza. Este período coincidió con el apogeo del imperialismo británico y el aumento del comercio global, lo que permitió el acceso a una variedad de especies exóticas, incluidas las orquídeas, de todas partes del mundo.
La demanda de estas plantas exóticas era tan alta que los coleccionistas estaban dispuestos a pagar precios exorbitantes por especímenes raros y únicos. Los coleccionistas contrataban cazadores de orquídeas que viajan en secreto por el mundo en busca de especies nuevas. Era tal la competencia que se publicaba información erronea sobre donde se encontraban las exóticas para despistar a los rivales que tenían viveros.
Las orquídeas se exhibían en lujosos invernaderos y se presentaban en elegantes salones, donde las élites victorianas las admiraban y competían por poseer las variedades más raras y exóticas. La Reina Victoria tenia un invernadero y su propio cultivador especialmente para la colección de orquídeas.
Uno de los coleccionistas de orquídeas más famosos de la época fue Frederick William Burbidge, viajó extensamente y escribió varios libros sobre orquídeas. Tenía relación con los Veitch quienes le hacían encargos de plantas para sus invernaderos. Burbidge también fue ilustrador lo que le permitió enriquecer su literatura sobre las plantas.
Sin embargo, este fervor por las orquídeas también tuvo consecuencias negativas, ya que contribuyó al saqueo de ecosistemas naturales y al comercio ilegal de especies protegidas. Muchas expediciones botánicas victorianas tuvieron un impacto devastador en la flora y la fauna de las regiones que exploraron, y el afán de lucro a menudo prevalecía sobre la conservación responsable del medio ambiente.
Dato curioso: caja de Ward
Entre las primeras tecnologías que había en la época victoriana para poder conservar y cultivas las plantas estaban las Cajas de Ward. Estas cajas eran contenedores de plantas completamente sellados. Su creador fue Nathaniel Ward, accidentalmente por colocar capullos de polillas en una botella de vidrio sellada, le germinaron esporas de helecho y de gramíneas.
Este descubrimiento comenzó a utilizarse en las largas expediciones, como dijimos anteriormente las plantas morían en el camino o llegaban deterioradas, por lo que este invento fue un gran aporte.
La Cultura del Orquidelirio
El orquidelirio no se limitaba solo a la élite adinerada; se extendió a todos los estratos de la sociedad victoriana. Las orquídeas aparecían en la literatura, el arte y la moda de la época, simbolizando la belleza, la exotismo y la fragilidad. Los jardineros aficionados cultivaban orquídeas en sus propios jardines, mientras que los floricultores especializados desarrollaban nuevas variedades y técnicas de cultivo para satisfacer la demanda creciente. La prensa popular y las revistas de jardinería también contribuyeron a difundir la fiebre del orquidelirio, ofreciendo consejos sobre el cultivo y la exhibición de estas plantas fascinantes.
Una de las artistas que dedicó parte de su obra a pintar orquídeas fue Marianne North quién decidió dejar Europa para sumergirse en el mundo que ofrecía America Latina. Pueden ver sus obras de Brasil y una de sus obras de orquideas en el siguiente LINK También los invitamos a leer el artículo de nuestro blog: La mujer en la ilustración botánica, en donde ampliamos más sobre esta gran artista.
Flor de la orquídea del phalaenopsis
Conclusión
El orquidelirio victoriano fue mucho más que una simple moda pasajera; fue un fenómeno cultural que reflejaba las aspiraciones, obsesiones y valores de la sociedad victoriana. A través de la exploración, el comercio y la pasión por lo exótico, las orquídeas se convirtieron en símbolos de estatus, belleza y refinamiento, muy similar a lo que ocurrió con la Tulipomanía en Holanda.
Aunque el fervor por estas plantas eventualmente disminuyó, su legado perdura en la continua fascinación por las orquídeas en todo el mundo. En la intersección de la ciencia, el arte y la naturaleza, el orquidelirio victoriano sigue siendo un recordatorio de la poderosa conexión entre el ser humano y el reino vegetal.
Artículos recomendados
Las orquídeas no solo tuvo interés científico, sino que también literario: Herbert George Wells (1866-1946) hijo de un jardinero, publica la obra: La floración de la extraña orquídea. Para saber más recomendamos leer el siguiente artículo haciendo clic AQUI
Otra obra literariaEL LADRÓN DE ORQUÍDEAS Es una de las obras más vendidas
A- S – G . A . P – INDIGENOUS ORCHID- STUDY GROUP ISSN 1036-9651,Newsletter N 40, September 2022.
Atribución de imágenes
Flor de la orquídea del phalaenopsis
Phalaenopsis lobbii (como Phalaenopsis parishii) tomadas de Wikimedia Commons Dominio Público
Cajas de Ward: ambas imágenes tomas de Wikimedia Commons Dominio Público
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